Isabel Vega: “Periodismo social es el que pone a las personas en el centro de la Historia”

Lun, 29/12/2014

Isabel Vega, periodista adscrita a EP Social, división de la Agencia de Noticias Europa Press, afirma que el periodismo social es aquel que “pone a las personas en el centro de la historia” que se quiere trasladar al lector; una fórmula periodística que “habla de personas y para las personas” para lo cual, a su juicio, se requiere “cierta especialización” por parte del informador.

En los 'Encuentros Digitales' de la Universidad a Distancia de Madrid, a preguntas del profesor de Periodismo Luis Miguel Belda, Vega precisa que no es que otros modelos periodísticos, como el económico o el político “no hable de la gente”, pero sí que es más cierto que el periodismo social, por encima de todo y del resto de formatos, es “puro y duro abordaje de la realidad de los seres humanos”, lo que lleva una pregunta aparejada: “¿Hasta qué punto una mala persona puede tener la empatía necesaria para desempeñar con honestidad el periodismo que trata de hablar sobre la realidad de otras personas”.

A este respecto, a propósito del periodista polaco Ryszard Kapuściński, quien proclamó la idoneidad de ser buena persona para ejercer el periodismo, Vega sostiene el periodismo es un oficio “que se desarrolla en el marco normal de las relaciones laborales, y existe la creencia popular de que en ese marco popular solo salen adelante y se abren camino los que son malas personas”. Al hilo de ello, se pregunta: “¿Hasta qué punto una mala persona puede tener la empatía necesaria para desempeñar con honestidad el periodismo que trata de hablar sobre la realidad de otras personas?”. Y agrega: “¿Puede un cínico empatizar, ponerse en la piel de otra persona y trasladar su historia sin idolatrar ni reducir, sino en plano de igualdad, para que llegue en ese mismo plano al lector?”.

Encuadrada en la sección informativa que actualmente lidera el periodismo social en España, desde Europa Press, Vega reconoce que “el cinismo abunda en el periodismo”, aunque se muestra segura de que la mayoría de informadores lo ejerce del modo que mejor preserva la dignidad de las personas. Ocurre, sin embargo, que a veces se producen malentendidos que, no obstante, Vega atribuye a la desinformación o falta de preparación debida.

“A nadie le hacen un test de personalidad cuando entra a formar parte de un medio de comunicación”, explica, “y no sé hasta qué punto esa personalidad se deja ver a la hora de elaborar las informaciones. Es como cuando hablamos de si hay o no periodistas racistas que enfocan sus titulares de una manera tendenciosa para generar alarma social con el tema de la inmigración, pues no sé hasta qué punto ese periodista es racista o es un periodista desinformado. Con el cinismo me pasa lo mismo: no sé hasta qué punto hace las cosas porque es un cínico o porque no sabe hacerlas mejor”.

Para Vega, una de las más destacadas referencias del periodismo social en España, cuando como periodista “trabajas con personas y le pones nombres y apellidos, y dejan de ser esa masa homogénea que conocemos comúnmente como inmigración y te duele cada una de las muertes”. Por contra, “en el momento en el que te insensibilizas contribuyes a anestesiar a la sociedad y entonces tu función pierde sentido”.

Por último, Vega lanza un mensaje de esperanza a los futuros periodistas, a quienes invita a no desmoralizarse por la crisis que soporta el sector, paralela a la crisis económica general del país. Cuando era estudiante y empezaba “a mí me dijeron lo mismo, que el periodismo se lleva muriendo treinta años y cuando les dije a mis padres que quería estudiar periodismo me dijeron 'te vas a morir de hambre', pero no hay mejor manera de dormir por las noches que haber hecho al cabo del día lo que uno ha querido hacer siempre y tener la tranquilidad de haber intentado hacerlo mejor que el día anterior”.

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