“Hay que incorporar más profesionales a la Universidad”

Jue, 08/06/2017

Juan Luis Rubio (Redacción y fotografías: Luis Miguel Belda)

Juan Luis Rubio, vicerrector de Universidad Empresa de la UDIMA

El vicerrector de Universidad-Empresa de la Universidad a Distancia de Madrid (UDIMA), Juan Luis Rubio, afirmó este jueves la necesidad de que la Universidad se aproxime de modo creciente a la empresa, para lo que estimó oportuno “incorporar más profesionales” al ámbito académico, pues es su experiencia en la “vida real” la que más interesa a los estudiantes.

Este fue el diagnóstico a corto y medio plazo en el que coincidieron los representantes de cuatro universidades reunidos en la mesa redonda titulada ‘¿Atienden las universidades a la sociedad digital?’, en el marco  de la High Level Conference on Assurance 2017, convocada por ISACA Madrid, y que, moderada por Erik de Pablo, su research director, contó con Rubén González, director de la Escuela Superior de Ingeniería y Tecnología de la UNIR; Rubés Arcos, subdirector de la Cátedra Servicios de Inteligencia y Sistemas Democráticos de la URJC; Manuel Sánchez, director de la Cátedra DARS ‘Ciberinteligencia’ de la UAH, y Juan Luis Rubio, vicerrector de Universidad-Empresa de la UDIMA. 

El acuerdo sobre la necesidad de que universidades y empresas caminen juntos es unánime entre las primeras, sean públicas o privadas. Es determinante que los estudiantes se formen académicamente en aquello que precisan las empresas, pero también el promocionar entre los alumnos por parte de las universidades aquellas carreras que tienen una salida profesional cierta.

Una primera respuesta la ofreció Juan Luis Rubio, a su vez director general de TodoStartups: “Estamos haciendo el esfuerzo por incorporar las Nuevas Tecnologías a la Universidad y se instruye a los alumnos en sus herramientas”, pero “puede que la sociedad no esté tan adaptada digitalmente”, agregó Rubén González (UNIR).

En este contexto, Rubio advirtió de lo que, en su opinión, es algo que debe acometerse con mayor urgencia: convencer a los estudiantes de con qué carreras garantizarán mejor que con otras su porvenir profesional. Y es que “el número de estudiantes de ingeniería –por ejemplo- está decreciendo, no por razones demográficas, sino porque no se matriculan, y esto tiene graves consecuencias” para la economía del país.

Una de estas consecuencias es que lo que demandan las empresas hoy, y muy probablemente mañana a corto plazo, es la cobertura de puestos de trabajo vinculados a dichos estudios, lo que ya se está haciendo por medio de la contratación de profesionales extranjeros, particularmente procedentes del sudeste asiático. “Hay que promover las carreras que demandan las empresas y que son las que tienen más salidas”, enfatizó Rubio.

Y en eso no hay disenso entre universidades. “Lo que al alumno le interesa es que la carrera esté pegada a la empresa”, subrayó González, de la UNIR. Terció en el debate Rubén Arcos (URJC), quien refirió que los títulos propios, antes que los oficiales, son aquellos en los que las universidades debieran hacer más hincapié, “pues están más cerca de las empresas y son más flexibles”. Lo que corroboró Rubio, de la UDIMA, para quien en un título propio es en donde “se hace la verdadera formación profesional”.

Abundó Rubio en esta ida y lamentó que, de algún modo, la “arquitectura educativa” actual dificulta los cambios en los contenidos de los estudios, operación que sería vital para atender las necesidades empresariales en cada momento. En este sentido, reiteró que las titulaciones propias son ahora “la única vía para acercarnos a las empresas”, y tanto es así que, agregó, la mayor parte de los títulos propios que imparte la UDIMA, por poner un ejemplo, se hace en colaboración con empresas externas.

La distinción entre un título oficial y uno propio, apuntó el representante de la UNIR, es que el primer requiere de un determinado número de doctores en su seno como docentes, mientras que el segundo se compone mayoritariamente de profesionales que “están en el mundo real”, lo que, a su juicio, resulta mucho más interesante para un estudiante cuya primera misión al concluir un máster es hallar un empleo adecuado a sus conocimientos.

Unos profesionales que las universidades no pueden contratar del modo que quisieran, “de una manera más simple”, pues la pregunta que hay que hacerse, dijo, es si formamos a estudiantes para trabajar en las empresas o futuros doctorandos que se dedicarán solo a la enseñanza. En ello coincidió el vicerrector de la UDIMA: “Tenemos que incorporar más profesionales a la universidad”.

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Juan Luis Rubio (Redacción y fotografías: Luis Miguel Belda)