Gordillo no ve viable con los programas actuales la rehabilitación en prisión de violadores

Vie, 16/06/2017

Cárcel de Estremera (Redacción: Luis Miguel Belda/'ABC'. Fotografía: Cortesía de Instituciones Penitenciarias)

El doctor en Psicología y profesor de Psicología Criminal en el Grado de Criminología de la Universidad a Distancia de Madrid (UDIMA), Rodolfo Gordillo, considera poco probable una rehabilitación exitosa de violadores con los actuales programas que se desarrollan para ello en los centros penitenciarios, entre otros motivos, porque son voluntarios y porque influyen razones ambientales propias del marco carcelario.

En declaraciones como experto al diario ‘ABC’, a propósito de una información publicada este jueves relacionada con el llamado ‘violador del ascensor’ o también ‘violador de La Paz’, nuevamente detenido por violar supuestamente a cuatro mujeres más, tras 21 años en prisión por delitos similares y de asesinato, Gordillo apuesta por una atención más especializada.

“Al fin y al cabo”, sostiene el profesor de la UDIMA, “se supone que esto es una enfermedad patológica por la que no pueden controlar sus estímulos”, por lo que, “al estar en la cárcel”, agrega, “estos estímulos desaparecen, porque están rodeados de personas de su mismo sexo, por lo que no suele ser lo que les atrae, pero cuando salen vuelven a encontrar ese estímulo”.  Para Gordillo, “tanto los violadores como los pederastas son de los criminales más resistentes a cualquier tipo de terapia psicológica”, advierte.

Agrega este profesor su convencimiento de que estos programas “no son lo suficientemente precisos” para este tipo de delincuentes. “Realmente aparte de que son muy complicados”, explica, “es un gran problema sobre el que se está intentando trabajar. Hay probabilidades de que cuando salga uno vuelva a reactivarse todo su ser maligno, digamos, porque la estigmatización que vuelve a tener él en su entorno natural es lo suficientemente fuerte y atractiva como para no poder controlarlo. Algo que, siempre digo, en entornos como la cárcel no se da porque son entornos cerrados, artificiales, en los que no hay posibilidad”,  concluye Gordillo.