De la responsabilidad a la desazón, una historia de la COVID-19 en España

Thu, 05/11/2020

Confinamiento

Cuando el 15 de marzo de 2020 el Ejecutivo de Pedro Sánchez decretó el confinamiento total en España y nuestras vidas se limitaron a unos pocos metros cuadrados en los que dormíamos, comíamos, trabajábamos, acudíamos a clase, entre otras cosas… Los ciudadanos entendimos que debíamos seguir las normas, de manera estricta y obediente, por responsabilidad y con el objetivo de vencer al virus. Este virus lo paramos unidos, rezaban los eslóganes de La Moncloa.

Por Josep Miracle, profesor de CEF.- UDIMA en Barcelona

A partir de este momento, la historia de la COVID en España nos ha impactado de una manera muy intensa, aunque en un grado diferente, en función del momento de la pandemia que analicemos. En lo que sí estaremos de acuerdo, es en el hecho de que la población ha vivido inmersa en una montaña rusa emocional a todos los niveles.

Fase 0 de la COVID. Palabra clave: China. Sentimiento: TOMA DE CONSCIENCIA.

Mientras en España y Europa vivíamos en una burbuja post-navideña, en China, autoridades y población ya estaban instalados en una lucha sin cuartel para frenar el avance del virus. Semanas más tarde, en España, se empezaba a hablar de la posible cancelación del Mobile World Congress de Barcelona, que tenía previsto celebrarse en el mes de febrero. A muchos, estas primeras informaciones de cancelación de eventos internacionales, nos pudieron parecer exageradas aunque, tiempo después, el tiempo dio la razón a quienes previeron que la situación epidemiológica se complicaría. 

En estos momentos, la población que había vivido alejada de las posibles consecuencias de la pandemia, empezaba a tomar consciencia de lo que estaba por venir.

Primera fase de la COVID. Palabra clave: CONFINAMIENTO. Sentimiento: RESPONSABILIDAD.

Durante semanas, estuvimos pendientes de las informaciones que nos trasladaban desde los diferentes medios de comunicación y entendimos que el enemigo invisible que es el virus COVID-19, no era moco de pavo. Aprendimos a entender algunos conceptos con los integrar los avances y/o retrocesos experimentados por las autoridades sanitarias en la lucha sin cuartel que se estaba librando en Hospitales y centros sanitarios de diversa índole. Unidos, homenajeamos a sanitarios y profesionales de sectores esenciales. A los unos por su compromiso con nuestra salud, a los otros por su compromiso con nuestro bienestar.

Mientras, los días en confinamiento iban cayendo y en las llamadas, videollamadas y otro tipo de conversaciones con amigos, compañeros de trabajo, vecinos y familiares, las apuestas sobre el día, semana o mes en el que acabaría nuestro encierro y podríamos salir a la calle, de una manera más o menos libre, se repetían con frecuencia. Primero “no serán quince días”, luego que si “en abril ya nos dejarán salir”, más adelante que si “esto va para largo”, hasta que en el mes de mayo, con la confirmación de la llegada del buen tiempo, nos echamos a las calles. Primero tímidas salidas, un poco de deporte y, poco tiempo después, las ganas pudieron con el miedo y nos hicimos con las terrazas. La cosa no iba mal. Esperanza.

Segunda fase de la COVID. Palabra clave: SALIDA. Sentimiento: ESPERANZA.

Llegaron los reencuentros a medida que la incidencia del virus se hacía más pequeña. Los indicadores que nos habíamos afanado en aprender, durante estos primeros días y semanas, iban a la baja. Desde China, además, llegaban noticias esperanzadoras. Allí se sucedían los días sin casos nativos y todo hacía presagiar que nuestro buen desempeño, en España y en otros lados de Europa y del mundo, había dado buenos resultados. Si a las buenas noticias, además, sumábamos días más largos, temperaturas más elevadas y días libres, el estado de ánimo de la tropa se mantenía alto, en niveles anteriores al estallido de la pandemia. 

Y salimos a la calle, y quedamos con unos y con otros, eso sí, siempre con mascarillas, manteniendo las distancias y con una mayor frecuencia en el lavado de nuestras manos y, por un momento, nos olvidamos de la situación en la que estábamos inmersos. Y no podemos culparnos por ello. Hemos sido disciplinados y responsables y también necesitábamos un tiempo de asueto, de compartir, de vivir, en definitiva, de disfrutar.

Y como muchos grupos musicales han advertido en otras tantas canciones dedicadas a los amores de verano, las vacaciones terminaron y llegó septiembre con su cruda realidad en forma de vuelta al trabajo y empeoramiento de las perspectivas de contagio y, a medida que iban cayendo las semanas post-estivales, iban avanzando los datos negativos que daban la razón a aquellos que pronosticaron un otoño complicado y de rebrotes generalizados. Y, entonces, pasamos de la esperanza a la desazón.

Tercera fase de la COVID. Palabra clave: REBROTE. Sentimiento: DESAZÓN.

Nuevas restricciones, confinamientos perimetrales, toques de queda, limitación del número de personas en las reuniones, movilidad reducida, gimnasios y clubes deportivos cerrados, hostelería en el punto de mira… pocos son los sectores que se salvan de una situación de cierre generalizada.

La economía está en un stand-by permanente desde hace varios meses y se ha instalado la incertidumbre en toda la fuerza laboral; los que están trabajando, los que están en una situación de suspensión temporal de su empleo y aquellos que están en situación de búsqueda activa ven, con recelo, como su situación respecto al año anterior empeora a marchas forzadas.

La perspectiva para los próximos meses no es muy halagüeña y el freno que esto puede ocasionar en toda la economía, puede provocar un efecto dominó que se acabará traduciendo en pérdida de empleos y contracción del tamaño de nuestra economía a niveles similares a los del año 2008.

Poco a poco, además, fruto de la situación de hastío generalizado, la tristeza se va instalando en todos los ámbitos de nuestra sociedad.  

Cuarta fase de la COVID. Palabra clave: HASTÍO. Sentimiento: CANSANCIO.

Acumulamos muchos meses de dura batalla contra el virus y parece ser que, a pesar de los ingentes esfuerzos que debemos llevar a cabo, no conseguimos acumular demasiadas victorias en esta guerra que, no por ser eminentemente física, deja de tener un aspecto psicológico muy importante. 

Cansancio generalizado y acumulado que va minando la moral de una sociedad que, aunque en diferente grado, siente que se van agotando sus reservas de energía. Llegados a este punto, solamente nos que pensar que…

“Siempre hay algo bueno en este mundo por lo que vale la pena luchar” · J.R.R. TOLKIEN – escritor.

  • TOMA DE CONSCIENCIA.

  • RESPONSABILIDAD.

  • ESPERANZA.

  • DESAZÓN.

  • CANSANCIO.
 

Será la sexta fase la de la VICTORIA? ¿Qué fases crees que están por venir? ¿Cómo has vivido las anteriores? 

Comparte cualquier idea o reflexión que pueda ayudarnos a sobrellevar esta incierta y convulsa etapa de nuestras vidas.