El lastre de la esclavitud

Mon, 20/06/2022

Pudiera pensarse, y adelanto que es un error, que cada generación nueva sustituye en casi todo a la anterior, y que solo se beneficia de los hitos logrados por su predecesora, siendo mejorar su única misión presente. No ocurre siempre que los miedos y las experiencias de generaciones anteriores se disuelven como el azúcar en el agua. No se trata de una herencia genética, pero tampoco puede no hablarse de un lastre que contamina como el mercurio un río, lenta, pero inexorablemente.

Por Luis Miguel Belda

David Beorlegui, profesor de la Universidad a Distancia de Madrid, UDIMA, investiga sobre ello, sobre las raíces y las ramas de generaciones que no siempre logran renovar su savia. En la XII Conferencia Mundial de la Asociación Internacional de Biografías y Autobiografías (IABA), un congreso internacional que acogió Turku (Finlandia) del 14 al 17 de junio, el profesor Beorlegui presentó la ponencia ‘The scars of progress and the paradise lost: Memory, community and societal change in Portobelo’.

En este marco ha abordado la creación de un archivo digital de memoria de afrodescendientes en Portobelo (Panamá), y explicó algunos resultados preliminares del proyecto, todavía en marcha, a partir de entrevistas realizadas allí en 2019. Una conclusión principal es que determinadas experiencias traumáticas “forman parte de un pasado que está vivo y conecta con el presente de distintas maneras”.

La investigación, con carácter general, se concentra en Voces de Portobelo, un proyecto de la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID), la Fundación Bahía de Portobelo y el Archivo de la Memoria del País Vasco, sobre la memoria oral de la comunidad afrodescendiente de Portobelo.

El objetivo del proyecto es reconstruir la experiencia histórica, reivindicar su singularidad y aumentar su visibilidad mediante la construcción de un archivo digital de memorias de afrodescendientes en Portobelo, dotando así de continuidad a la transmisión y preservación de su memoria, para su posterior almacenamiento, archivo y puesta a disposición de especialistas y de toda persona interesada en el pasado reciente.

David Beorlegui, doctor en Historia Contemporánea y especialista en Historia oral y memoria histórica, explica a UDIMA Media que por el momento se ha realizado la primera parte del proyecto, que consta de 26 entrevistas individuales. Los hallazgos preliminares de la investigación apuntan a la existencia de una temporalidad entrecruzada.

La primera de esas temporalidades, detalla, se relaciona con “la transmisión oral e intergeneracional de la experiencia traumática de la esclavitud”. La segunda se relaciona con “una experiencia vivida, y apunta a una creciente sensación de vulnerabilidad como consecuencia de los proyectos irresueltos de desarrollo en la zona a partir de los años 70 y el azote de la violencia vinculada al narcotráfico en la zona”.

La investigación preliminar también permite una memoria diferenciada en función del género. En la actualidad, el proyecto se encuentra en fase de difusión de resultados, en espera de realización de la segunda fase, que tendrá lugar presumiblemente a inicios de 2023.

Pero ¿qué es la temporalidad cruzada? El doctor Beorlegui nos ilustra para que lo podamos entender todos: “Se refiere a dos experiencias del tiempo que son muy distintas, pero que coexisten en su memoria, y forman parte de la historia y de la memoria de la comunidad”.

“Esa experiencia traumática”, agrega, “forma parte de un pasado que está vivo y conecta con el presente de distintas maneras, tanto en lo que se refiere al miedo heredado, a las historias de violencia asociadas a lugares específicos, como a una intensa pulsión de libertad, expresada en distintos valores y prácticas asociados al cimarronaje”, el proceso de resistencia frente al sistema colonial, que consistía en la huida de los esclavos negros de sus amos.