Logran predecir en casi el 80% de las personas su grado de adicción a sustancias o comportamentales

Mon, 13/03/2023

La doctora Sara Morales Alonso, profesora del Grado en Psicología de la Universidad a Distancia de Madrid, UDIMA y del Máster de Psicología General Sanitaria , ha expuesto en las Jornadas de Neuropsicología de la Adicción, que ha acogido el Colegio Oficial de la Psicología de Madrid, los resultados de una investigación en torno a la capacidad de predecir en personas su grado de adicción a sustancias o comportamentales.

Redacción UDIMA Media  

Los resultados no son tan desesperanzadores como las vivencias de las personas adictas. Bien al contrario, el uso desde 2022 por parte de un equipo de investigadores al que pertenece la profesora de la UDIMA del software gratuito ICAP (Impulsivity Compulsivity Axis Prediction) ha permitido obtener el 77,96% de eficacia a la hora de predecir en qué situación se encuentra el potencial paciente.

El software opera a través de cuestionarios autoinformados de impulsividad y compulsividad, a partir de cuyas respuestas permite a los investigadores que sean capaces de predecir con sus puntuaciones en qué punto del eje se sitúa la persona, tanto en adicción a sustancias como en adicciones comportamentales.

Obviamente, las conclusiones son conocer “ese punto exacto” donde se sitúa la persona “porque ello puede favorecer el tratamiento clínico que hagamos con ella”, explica a UDIMA Media la doctora Morales.

Su ponencia se apoya en estudios realizados en torno a esta cuestión desde 2019, y apoyándose en el proyecto de Criterios de Dominio de Investigación (RDoC por sus siglas en inglés Resarch Domain Criteria), que constituyen una propuesta reciente del Instituto Nacional de Salud Mental de los Estados Unidos (NIMH). Una iniciativa que busca fomentar la organización sistemática de la investigación en salud mental.

El software lo vienen aplicando para sus investigaciones, además, de la doctora Sara Morales Alonso, de la Facultad de Psicología de la Universidad a Distancia de Madrid, UDIMA, los también doctores Daniel Cassú, de Análisis y Ciencia de Datos de la Unidad de Operaciones del Banco Santander; Eduardo Pedrero, de la Unidad de Formación e Investigación del Departamento de Evaluación y Calidad en Madrid Salud; y José María Ruiz Sánchez de León, del Departamento de Psicología Experimental, Procesos Cognitivos y Logopedia en la Facultad de Psicología de la UCM.

El abuso de sustancias es un problema multifactorial (bio-psico-social) con amplias repercusiones sanitarias, económicas y sociales, causando un gran sufrimiento a las personas afectadas y a sus familias.

No pocos estudios demuestran que las drogas de abuso ejercen efectos indeseables sobre el cerebro, provocando entre otros síntomas un deterioro neuropsicológico generalizado que afecta a múltiples dominios cognitivos (atención, memoria, toma de decisiones, etc.). Este funcionamiento cognitivo predice consistentemente la gravedad de la adicción y la probabilidad de recaída.

Sin embargo, estos conocimientos no han tenido repercusión en la práctica clínica, ya que la neuropsicología aún no forma parte del tratamiento de las adicciones. Junto a esto, los centros de tratamiento no suelen contar con neuropsicólogos que evalúen o entrenen la función cognitiva en los pacientes con adicción a sustancias, ni estos son derivados a centros de atención especializados en neuropsicología.

De este modo, la jornada en la que participó la profesora de la UDIMA pretende visibilizar el papel de la neuropsicología en el campo de la prevención y tratamiento de las adicciones con el fin de aumentar su adherencia al tratamiento, reducir el consumo, y, en definitiva, mejorar la calidad de vida de estas personas.

La ponencia de la investigadora de la UDIMA versó sobre el eje impulsividad-compulsividad en la adicción e influencia en la recuperación. El tema que trató se centró en modelo teórico propuesto por Everitt y Robbins, quienes explican que la adicción supone una transición entre el polo de la impulsividad, que se mantiene por refuerzo positivo al polo de la compulsividad, mantenido por refuerzo negativo.