La verdad os hará libres

Wed, 20/05/2020

Veracidad en la información

El artículo 20 de nuestra Constitución reconoce el derecho "a comunicar o recibir libremente información veraz por cualquier medio de difusión". La difusión de datos, informes o noticias erróneas o falaces durante la crisis de la COVID-19 ha desembocado en un nuevo fenómeno por parte de la OMS llamado “infodemia” o sobreabundancia informativa falsa y su rápida propagación entre los ciudadanos y medios de comunicación.

Por Rocío González

En un mundo globalizado e interconectado, la proliferación de noticias y bulos de contenido falso o engañoso o fake news es una de las amenazas clave para la sociedad que suponen un riesgo para la salud de la población. Expertos en el área de información periodística, Yolanda Berdasco, periodista y doctora y el doctor Álvaro de Diego , llaman a la responsabilidad para la lucha contra este tipo de contenido informativo falso y el alarmismo.

En este sentido, De Diego asegura que “la emergencia sanitaria, el estado de alarma y la actividad bajo mínimos del Parlamento aconsejan que el periodismo asuma el liderazgo de la intermediación informativa” con el objetivo de mantener a la ciudadanía adecuadamente informada para evitar el pánico y la confusión, y mantener unida la población para cumplir con las medidas de contención de la pandemia. El periodismo debe convertirse en referentes, una vez más, de la opinión pública.

La información veraz como medicina para combatir el miedo y la incertidumbre

Internet y las redes sociales están desbordadas de información sobre la crisis del coronavirus por ello, es imprescindible pasar por “la producción de información contrastada y análisis e interpretaciones rigurosas” manifiesta De Diego. En estos momentos, es imprescindible la veracidad como medicina para combatir el miedo y la incertidumbre.

A diario, los nuevos instrumentos digitales para ofrecer la mejor cobertura de la crisis deberían de contener glosarios fijos en los portales mediáticos y usar profesionalmente las redes sociales, aunque, en ocasiones nos topamos con noticias de dudosa fiabilidad. Berdasco declara que “ha llegado el miedo y ese es, sin lugar a duda, el mejor abono para sembrar mentiras y que florezcan sin demasiado esfuerzo”. Después de tantos días de confinamiento, donde todos estamos hiperconectados y recibimos infinidad de información sin posibilidad de ser contrastada, “debemos ser cautos y agudizar nuestro sentido crítico para no convertirnos en altavoces de la falsedad.”

No solo es responsabilidad del periodista ser riguroso y honesto con la opinión pública y no hacerse eco de aquello de lo que no estemos completamente seguros, convencidos y no hayamos comprobado convenientemente, a poder ser con varias fuentes y todas ellas, fiables, sino que “los ciudadanos de a pie han de ser también responsables para no difundir todo lo que les llega”.

Para no ser cómplices de la infodemia y de la desinformación, Berdasco recomienda “cerrar el WhatsApp y encender el criterio” y De Diego, ”la articulación de mensajes claros y que prioricen la empatía y la auténtica compasión.”

Ausencia de la información especializada

Ya lo señalaba el profesor de Berdasco, D. Félix Rodríguez, “la capacidad de hablar de todo sin saber de nada” es un vacío de saber, en la mayor parte de los casos, por una ausencia de formación especializada. Algunos colectivos como el sector sanitario están preocupados por la malinterpretación de cierta información y otros como los antivacunas se han aprovechado del desconocimiento y del miedo para transmitir mensajes de nulo rigor científico.

La cantidad de información que se debe filtrar es inmenso y ha provocado que muchos periodistas no especializados en ciencia ni sanidad hayan tenido que adaptarse rápidamente a esta nueva dinámica. Berdasco considera “que la especialización periodística es una necesidad de la profesión y que en cuestiones como salud, datos o economía se impone la absoluta necesidad de profesionales que vayan más allá de las ruedas de prensa o de la mera descripción de los datos sin análisis crítico y comparativo de los mismos”.

Quizás como reitera Berdasco, “la especialización en salud es una de las más complejas para un periodista en sus primeros años y toparse con el Covid-19 ha sido todo un reto”, pues el periodismo científico puede considerarse como una especialización profesional de nuestro tiempo, con objetivos básicos como crear una conciencia pública sobre el valor de la investigación al servicio del conocimiento y del desarrollo y la urgencia de que las sociedades que aún están, ingresen en una fase científica.

En una época sin precedentes en el conocimiento y en la comunicación, “la exigencia de hechos y no palabras a las autoridades convierte a los medios de comunicación en acicate para la óptima movilización de los recursos” indica De Diego. Por este motivo, los retos del periodismo en estos momentos son la supervivencia, sobrevivir como profesión respetada y la necesidad de volver a ocupar “un lugar de relevancia como colaboradores necesarios para una sociedad responsable, justa y capaz de tomar sus propias decisiones en base al conocimiento transmitido por esos periodistas", cierra Berdasco.