El VI Congreso Internacional de Comunicación y Seguridad en Eventos reclama formación y normativas más claras

Thu, 24/11/2022

La mesa presidencial durante la apertura del congreso en la UDIMA.

Comunicación y seguridad. Un binomio imposible de escindir. Más si se trata de organizar eventos, y especialmente cuando son multitudinarios. Debe hacer con planificación y minuciosidad, pues no se trata sólo de que el acto se desarrolle con normalidad. También hay vidas en juego. La regulación europea no termina de apuntalar las particularidades del sector que se dedica a ofrecer actos y concentraciones masivas. Por ello, apostar por equipos y canales multidisciplinares, y guías de buenas prácticas profesionales, es clave.

Por Alberto Orellana | Foto: Luis Miguel Belda

Estas y otras reflexiones se han podido ver y escuchar durante la primera de las dos jornadas del VI Congreso Internacional de Comunicación y Seguridad en Eventos, que acoge la UDIMA estos días 24 y 25 de noviembre de 2022. Un foro que, si bien este año se ha centrado más en eventos masivos y turismo, también ha dejado notar ese valor de la interdisciplinariedad de diferentes áreas para "aportar riqueza" y seguir "solventando problemas". Así lo ha defendido (desde Perú) Francisco García, presidente del congreso.

La cita ha contado para su apertura con la presidenta de la UDIMA, Arancha de las HerasRicardo Díaz, director general de Universidades y Enseñanzas Artísticas Superiores de la CAM; David Lizcano, vicerrector de Investigación y Doctorado de UDIMA; y Cristóbal Fernández, vicedecano de Comunicación y Relaciones Institucionales (Facultad de Ciencias de la Información) de la UCM, quien ya pronosticaba uno de los objetivos de la presente edición: avanzar en materia de anticipación y planificación.

Porque, a pesar de que comunicación y eventos sean una pareja indivisible, "seguimos viendo noticias sobre acontecimientos desagradables". Y "como somos impredecibles", señalaba Arancha De las Heras, parece que haya que "imaginar cómo vamos a actuar" para poder disfrutar de estos eventos; "sean conciertos o exámenes". Debe haber seguridad. Pero ¿cómo la va a haber si falla una pieza crítica como es la formación?

"Lagunas de posgrado"

Un análisis sobre la seguridad en eventos deportivos en dependencias públicas del Ayto. de Madrid. Eso fue lo que permitió al profesor Agustín Guardiola determinar que, pese a darle gran importancia a la seguridad (incluso priorizarla), más del 70% de los trabajadores implicados en estos actos deportivos "carecía de formación". El director del Posgrado Universitario en Seguridad en Instalaciones y Eventos deportivos, recreativos y de pública concurrencia de la UAH vio que menos del 30% tenían conocimientos de relevancia.

Es decir, formación específica del sector (seguridad e instalaciones, plan de emergencia, responsabilidad civil y penal, normativa y legislación...). No era de extrañar por tanto que, en la investigación que desarrolló, el 86% considerase "necesario" formarse, especialmente en normativa y protocolos específicos. "Vimos que había una gran laguna normativa en posgrado". Ante esto ha propuesto un modelo de gestión integral con requisitos mínimos para categorizar riesgos en estos eventos, y así "determinar mejor" el grado de seguridad.

No es cosa boba. Y si no que se lo digan a Mariana Galván (directora ejecutiva de la Comisión Nacional antidopaje de la República Argentina). Conoce bien el coste de una "mala gestión de seguridad" por los continuos incidentes en las canchas argentinas; como el de la final de la Copa Libertadores de 2018: el autobús del Boca Juniors fue literalmente apedreado por los hinchas del River Plate. Varios jugadores resultaron heridos.

También muy de cerca lo conoce Daniela Musetti (ex jefa operativa de Espectáculos Públicos de la Intendencia del Ayuntamiento Montevideo, Uruguay), quien seguía recordando: "La prevención es la clave". Y para eso una vez más la formación y los equipos múltiples siguen resonando como el mejor puente hacia una buena prevención.

Guías para 'construir' responsables

Además de entender qué y cómo comunicar, es muy relevante tener unas líneas claras a seguir cuando se plantean eventos de grandes multitudes. Si no, pasa lo que pasa, sobre todo en conciertos y festivales. Casos como el de Madrid Arena (cinco chicas fallecidas y más de 40 heridos) o el Medusa de este año. Hay múltiples factores cuando las desgracias ocurren, pero en muchas se pueden identificar puntos en común: la falta de coordinación, el sobre aforo o las construcciones. Sobre este último aspecto han confluido desde distintos ámbitos varios expertos. De fondo: la dificultad de lograr una normativa aplicable a cada cita y/o región.

Desde la Administración pública Teresa Sánchez ha reconocido que deben ayudar a las empresas a unificar criterios sobre las estructuras y su montaje. Porque, la normativa existente "es de lo más simple, por no decir tonta" sobre las construcciones en eventos. Así de rotunda lo asume esta técnico habilitado de la Unidad Técnica de Construcción en el Instituto Regional de Seguridad y Salud en el Trabajo (IRSST).

El centro, dependiente de la Consejería de Economía, Hacienda y Empleo, no termina de aclarar qué es y qué no una obra de construcción en los eventos. Importa el tamaño y el tipo de actos, abunda Sánchez. Y las normativa general de Europa no puede especificarse a la peculiaridad de nuestra geografía o clima (proclive a eventos masivos, pero con imprevistos climáticos cada vez más habituales); no digamos ya a la actividad de cada acto.

Sánchez ha expuesto algunos avances en este sentido, con dos propuestas. Por un lado, una guía con criterios técnicos que clarifiquen las estructuras (sobre todo de conciertos) que "no es de obligado cumplimiento", pero cumple con la UE. Y por otro un manual de buenas prácticas basado en la experiencia de los expertos, para prevenir y analizar los momentos críticos. Y ha añadido: "Debe formarse en prevención tanto a los trabajadores como a los empresarios."

El precio del incompetente...

Sobre ello han debatido varios expertos en seguridad e infraestructuras técnicas. De cómo se reparten las responsabilidades ante accidentes, y cómo el sector trata de autorregularse antes que caer en más desgracias. Aunque lo primero es determinar por qué ocurren, después de contabilizar tantas. Las más recientes quizás se deban a "las prisas y la programación acumulada" tras la pandemia, opina Ana Alonso (Prevent Event). Algo que habría llevado a "mucha improvisación" y a olvidar "cosas importantes".

Una acumulación de eventos que ha propiciado ("estadística") más ocasiones de afluencia de personas, lo que eleva la probabilidad de accidentes, sostiene Raúl Valera (director seguridad en Palacio Vistalegre y de compliance en Sympathy For the Lawyer). También influye el montaje de estas estructuras "con falta de material" y de "personal", provocando casos como el de Medusa, abunda por su parte Eduardo Martín (ASPEC - DEVECEM).

Lo que sí parece más evidente es que, además de no haber nunca un sólo factor, la normativa va necesitando un lavado de cara y dejarse de "parches", decía Valera. En esa normativa, que no puede adaptarse debidamente desde Europa, también se acopla según se estima en cada comunidad. Se dan casos en los que "sabe más el propio montador -del artesonado- que el técnico que verifica esas estructuras". No es que no sean seguras, insiste Martín, sino que se montan mal y sin atender la meteorología cuando se precisa.

Incluir anemómetros en el estudio de prevención (que llevan "años" reclamando a los promotores de eventos) para evitar casos como el de Medusa, es sólo un ejemplo de que también los empresarios deberían actualizarse en prevención. ¿Están concienciados? "Hay de todo", reconocen. Pero al final se suele reducir a dos cosas: sopesar entre más beneficios y seguridad (Madrid Arena), y apostar o no por esos asesores multidisciplinares.

Porque al final las normativas son múltiples, pero deben ir cumpliendo unos mínimos que los profesionales del sector conocen: por ejemplo, criterios de la formación para garantizar que el personal sabe usar un desfibrilador. "La formación debería estar ya incluida" en la norma, argumenta Valera. Al final, Martín lo resume perfectamente: "El que piensa que un profesional es caro, no sabe lo caro que es un incompetente."

Este congreso ha sido organizado por las profesoras de la UDIMA Estíbaliz Pérez y Olga Sánchez