La Universidad china Huaqiao ‘aprende’ español con Alba Santuy, estudiante del Máster ELE de la UDIMA

Mar, 08/05/2018

Redacción: UDIMA Media

Se llama Alba Santuy, es estudiante del Máster Universitario en la Enseñanza del Español como Lengua Extranjera (ELE) y se encuentra desplazada en China, donde, en el marco de sus prácticas del Máster, enseña español a estudiantes chinos. Desde el Campus de la Universidad china Huaqiao, en la ciudad de Xiamen, Satuy confía en adaptarse lo antes posible al régimen de vida de un país que, reconoce, es muy distinto a sus costumbres. Por fortuna cuenta con la ayuda de Winki y Lito, dos los estudiantes a los que enseña español.

Gracias a ellos, la estudiante de la UDIMA y profesora de español en el país asiático puede acometer con éxito las gestiones que precisa. Hubiera deseado haberlo hecho ella mismo usando el inglés como lengua, pero reconoce que muy pocas personas conocen este idioma. Y mucho menos el español.

El Campus de Xiamen se ubica en el barrio de Jimei. Allí, Santuy ha empezado a trabajar de profesora de español para el Departamento de Lenguas, siendo esta la primera vez que la universidad oferta este curso. Eso la convierte en la primera -y, por el momento, única- profesora de ELE de este centro académico chino, todo ello gracias al programa de prácticas del Máster Oficial de Enseñanza del Español como segunda lengua que actualmente cursa en la UDIMA.

Se le ha encomendado enseñar español a alrededor de medio centenar de estudiantes chinos. En el campus en el que opera hay otros profesores y alumnos internacionales, pero ella es la única española y la única alumna de la UDIMA que se encuentra allí. En principio ha firmado 9 meses de contrato, así que estará en China, por lo menos, hasta final de enero de 2019.

Uno de los primeros ejercicios de adaptación es tan fundamental como el gastronómico. Cuenta Santuy que su primer alimento local fueron fideos con salsa de cacahuete, empanadillas al vapor y sopa con empanadillas: “Todo estaba delicioso, pero comer fideos con palillos a veces es complicado”, bromea; algo que tendrá practicar, puesto que encontrar tenedores en los restaurantes chinos es poco menos que imposible, apunta, en conversación por escrito con UDIMA Media.

“El campus en muy amplio y grande, y desde la puerta se puede ver mi casa”, un rascacielos en el que ocupa un piso en la vigésimo planta “con vistas a la bahía”, se felicita. Una de las primeras actividades de ocio que llevó a cabo fue asistir a un festival de cultura indonesia, “donde pudimos disfrutar de espectáculos de baile y musicales típicos del país, y degustamos la gastronomía que ofrecían”; una actividad preparada por los estudiantes y residentes indonesios que viven en Xiamen.

Santuy reconoce que ya es capaz de distinguir los números y de pronunciar pequeñas frases en el idioma local, “aunque la pronunciación me cuesta horrores”. Su primera clase ha sido de tres horas de español con 50 alumnos chinos. La aventura académica y personal no ha hecho sino empezar.

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