Un estudio subraya la importancia de formar a docentes emocionalmente inteligentes

Vie, 27/11/2020

Profesor en clase

Los resultados de un estudio en el que ha trabajado la profesora de la Universidad a Distancia de Madrid, UDIMA, Isabel Martínez Álvarez, ponen de manifiesto la importancia de trabajar la inteligencia emocional de los futuros docentes, atendiendo a las diferencias entre sexos, para diseñar intervenciones adaptadas centradas en la optimización tanto de la inteligencia emocional como del rendimiento.

Redacción UDIMA Media

El trabajo de investigación, titulado ‘Análisis de la Inteligencia Emocional y el rendimiento en estudiantes de Magisterio’ y que ha contado con la participación de los profesores de la Universidad de Valencia Sergio Hidalgo-Fuentes y María Josefa Sospedra-Baeza, argumenta que, de esta manera, se dotará a los estudiantes de competencias para desenvolverse eficazmente en los diferentes ámbitos de su vida”.

Para los investigadores es relevante analizar las variables socioemocionales estudiadas en la presente investigación con dos objetivos, por un lado, aclarar cuáles, de qué manera y cuándo interviene cada una de ellas y, por otro lado, poder diseñar programas de intervención enfocados a la optimización del desempeño global de los estudiantes universitarios.

Así, analizar el grado alcanzado por los estudiantes universitarios de magisterio en su inteligencia emocional y en su rendimiento académico, así como las relaciones entre las variables y las diferencias en función del sexo centraron los esfuerzos de los investigadores.

El estudio, en el que participaron 175 estudiantes del Grado en Magisterio de la Universidad de Valencia, acaba de ser presentado en el Congreso CICE 2020, que concluye este viernes.

La profesora de la UDIMA Isabel Martínez concluye, a partir de los resultados obtenidos, “lo esencial que es formar a docentes emocionalmente inteligentes para que desarrollen en los alumnos competencias socioemocionales que les resulten útiles en su vida en sociedad”. “Así”, agrega, “promueven un rendimiento global, no solo centrado en los aspectos cognitivos sino también en la parte más socioemocional, esencial para la vida y más si cabe para el momento presente con la pandemia”.