Once claves para saber qué estudiar

Lun, 26/08/2013

El Centro de Estudios Financieron (CEF.-) y la Universidad a Distancia de Madrid (Udima) han publicado una serie de consejos dirigidos a las personas que están planteándose realizar algún tipo de formación a partir del mes de septiembre, pero no saben qué programa formativo les conviene más.

En palabras de Arturo de las Heras, director general del CEF.- y gerente de la UDIMA: “Sin duda la formación es un factor diferencial en los tiempos actuales, pero no todos los programas formativos son adecuados para todas las personas, sino que cada perfil tendrá unas necesidades formativas diferentes que hay que intentar cubrir. Existen una serie de factores y de preguntas que debemos hacernos para no errar el tiro a la hora de escoger el mejor Grado, Máster, Curso u Oposición”.

Debemos de tener en cuenta, a la hora de escoger nuestra formación, los siguientes puntos:

1. ¿Título o conocimientos?

Para algunas personas lo relevante es contar con un título oficial o con una determinada acreditación, ya que esas certificaciones serán su puerta de acceso a determinados puestos o trabajos. En otras ocasiones, es el aprendizaje en sí lo realmente relevante, y el hecho de que dicho aprendizaje lleve aparejado una titulación es secundario. Lo ideal es conjugar ambos.

2. ¿Qué opciones laborales hay?

Si buscar trabajo es nuestro objetivo, tendremos que introducir el criterio de la empleabilidad a la hora de escoger un programa. Estudiar las ofertas de empleo para saber qué sectores o perfiles son los más demandados en estos momentos, y analizar el tipo de formación que requieren esos puestos puede ser una buena orientación.

3. ¿Hay prácticas?

La formación también puede ser una buena manera de “meter la cabeza” en un determinado sector profesional. Muchos programas de los ofertados por las distintas instituciones educativas ofrecen bolsa de empleo o prácticas a sus estudiantes.

4. ¿Mejora mi capacitación profesional?

En un mercado tan competitivo -y, al mismo tiempo, tan precario- como el actual, mantenernos permanentemente actualizados, y dispuestos a ampliar horizontes dentro de nuestro campo de actividad, siempre nos proporcionará un “mejor cartel” ante nuestros jefes y potenciales empleadores.

5. ¿Cumple con mis inquietudes personales?

Siendo el trabajo un elemento esencial en la vida de las personas, no es la única faceta relevante susceptible de ser cubierta mediante la formación. Si sentimos que tenemos una carencia en algún área o, simplemente, deseamos profundizar en un campo que nos llame la atención -o en el que creemos que tenemos un potencial desaprovechado- podemos orientar nuestras prioridades formativas hacia esa dirección.

6. ¿Dispongo del tiempo necesario?

Toca hacer una valoración realista de si vamos a poder destinar el tiempo y el esfuerzo necesarios para seguir la formación elegida adecuadamente; de lo contrario, estamos abocados al abandono y a la frustración.

7. ¿Estoy motivado?

En formación la motivación del estudiante lo es todo. Será el motor que tire de la voluntad en los momentos de máxima exigencia. Debemos tener un objetivo claro y asegurarnos de que el programa elegido responde a nuestras expectativas respecto dicho objetivo.

8. ¿Es el centro o institución académica adecuado/a?

¿Cuenta con el prestigio y la experiencia necesarios? ¿Están sus métodos y profesores acreditados? ¿Tiene una relación calidad/precio razonable? ¿Qué opinan de ellos sus antigüos alumnos? Es sorprendente la cantidad de información que podemos recabar sobre los centros educativos, programas concretos e, incluso, profesores, rastreando Internet y visitando el centro en cuestión.

9. ¿Generalista o especializado?

Si lo que buscamos es tener una visión muy amplia de un determinado campo de actividad, y disponemos del tiempo para ello, seguramente, lo más adecuado será matricularnos en un Grado. Un MBA nos dará una visión general y orientada a la práctica de la dirección de la empresa en un tiempo más concentrado. Un Máster especializado nos permitirá profundizar en un determinado ámbito con una orientación más profesional. El máximo grado de especialización nos lo brindan los cursos monográficos, de menor duración y orientados a cuestiones concretas del desempeño profesional.

10. ¿Cuáles son mis plazos?

Si nuestro proyecto de desarrollo es a largo plazo y disponemos de un cierto número de años para llevarlo a cabo, un Grado universitario, una oposición o el estudio de una lengua extranjera son, sin duda, buenas opciones. Pero si nuestras circunstancias personales no nos ofrecen la posibilidad de dedicar un lapso tan grande de tiempo a seguir una formación o tenemos unas necesidades más inmediatas, tendremos que optar por otras opciones más a medio (Máster) o corto plazo (curso).

11. Continuidad o ruptura

Para muchas personas la formación puede ser la palanca que le permita dar un drástico golpe de timón a sus vidas. Una buena oportunidad para romper con su rutina o con un estilo de vida que no les satisface. El “volantazo” puede implicar desde cambiar por completo nuestra orientación profesional, hasta establecernos por nuestra cuenta, pasando por montar un negocio de la nada. En otras ocasiones, lo que se pretende no es un cambio dramático, sino una formación que fortalezca nuestro CV, sin modificar la dirección del mismo.