Los pijos macarras, o cuando la contradicción está de moda

Lun, 31/10/2022

Mariano Urraco, profesor de Sociología en la Universidad a Distancia de Madrid, UDIMA, advierte de los peligros de romantizar determinadas figuras, o determinados rasgos identitarios, como el de la visión idealizada del "macarra", más allá del "juego (puntual) de transgresión" que supone, pues vendría a contribuir a un movimiento más amplio que estaría tendiendo a asociar la pobreza (o la precariedad) con situaciones deseables, como la libertad o la ausencia de ataduras.

Redacción UDIMA Media

En opinión del profesor Urraco, que tiene en la Sociología de la Juventud una de sus líneas de trabajo principales, se trata de un discurso “absolutamente nada inocente” que se fomenta a nivel social de manera interesada para mantener una situación de desigualdad a través de la utilización de medios de comunicación cultural que refuercen estas asociaciones de ideas.

El pasado día 26 de octubre se celebró en la Facultad de Ciencias de la Comunicación de la Universidad Rey Juan Carlos una jornada sobre Cultura macarra: subculturas juveniles, consumo y medios de comunicación, en la que participó el doctor Mariano Urraco Solanilla, profesor de Sociología en la Facultad de Ciencias de la Salud y de la Educación de la Universidad UDIMA.

Concretamente, el profesor Urraco formó parte de la mesa redonda con el título ‘La presencia de la cultura y la estética macarra en los medios de comunicación y en la industria cultural’, en la que se analizaron las representaciones sociales y mediáticas del macarrismo, como manifestación estética y como fenómeno cultural de masas.

En su intervención, el sociólogo de la UDIMA destacó el elemento de "simulacro" que presentaría la sociedad contemporánea, como rasgo de la posmodernidad. Desde su punto de vista, se estarían desarrollando unas "culturas de la simulación" que absorben referentes de muy distinto tipo (la figura del "macarra", por ejemplo), que son introducidas en unas dinámicas de consumo en las que la moda juega un papel fundamental, como ya analizase, hace más de un siglo, Thorstein Veblen.

A partir de este elemento se podría analizar la presencia mediática de determinados personajes y la asunción de ciertas estéticas, inicialmente asociadas a la marginalidad, por parte de miembros de clases sociales más pudientes.

Así, los individuos asumen nuevas "marcas", que otrora resultasen estigmatizantes (como la idea de "barrio" o determinadas vestimentas) pero que ahora parecen distinguir al portador, dotándolo de un cierto "aura" que le permite desarrollar nuevas identidades a partir de ese consumo simbólico.

La recurrencia de ciertas estéticas puede ser, en opinión del profesor Urraco, efecto del agotamiento cultural que se percibe en nuestros días, paradójicamente en un momento histórico caracterizado por la multiplicación de canales de difusión y potencial transformación del imaginario colectivo.

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