El de Médico se encuentra entre los títulos oficiales que habilitan para el ejercicio de una de las denominadas –por sus características intrínsecas y la relevancia social que conlleva– profesiones reguladas. A la formación de pre-grado de carácter universitario, fijada en un mínimo de 6 años por la UE, le sucede la formación especializada, de carácter eminentemente clínica y que puede, en el caso de España, desarrollarse a lo largo de entre 4 y 5 años en el seno de una institución sanitaria (hospital o centro de salud) previamente acreditada. En este contexto, el examen MIR supone el punto de inflexión en el tránsito de la fase preclínica a la fase de especialización. El título propuesto pretende favorecer el acceso a la especialización médica, con lo que esto supone en las vertientes académica y profesional.
Desde un punto de vista académico, este estudio procura una revisión general del cuerpo de conocimientos adquiridos en la formación médica básica y aporta un componente de actualización en disciplinas que, en un contexto científico cambiante, se encuentran sometidas a importantes avances.
En su vertiente profesional, además de posibilitarles el acceso a la especialización médica, la formación recibida acerca a los graduados a la realidad de la práctica clínica, los entrena en los procesos de formación del razonamiento médico y diagnóstico diferencial, a partir de la adecuada interpretación de datos clínicos y exploraciones complementarias, y en la posterior toma de decisiones, atendiendo a situaciones reales, similares a las que se enfrentarán durante su vida profesional, y en cuya resolución ellos tienen la última palabra.