Por una comunicación responsable del suicidio

En el Grupo CEF.- UDIMA reafirmamos nuestro compromiso con la prevención del suicidio, la promoción del bienestar psicológico y social y la comunicación responsable de la información relacionada con estos temas. Creemos que prevenir el suicidio requiere una acción coordinada, sostenida y basada en la evidencia científica, combinando sensibilización social, detección temprana del sufrimiento y fomentando el acceso a recursos eficaces.

Promover una cultura del cuidado, el respeto y la responsabilidad es una tarea colectiva. Para lograrlo debemos educar, informar y acompañar de manera ética y compasiva, lo que implica reconocer que cada palabra y cada gesto pueden contribuir a la prevención.

Difundir información sensible o que permita identificar a alguien con el suicidio expone innecesariamente a las personas afectadas, amplifica su sufrimiento y puede causar daño psicológico añadido. Además, la evidencia científica ha demostrado que la exposición mediática inadecuada de casos de suicidio aumenta el riesgo de imitación (el conocido efecto Werther), especialmente entre adolescentes y jóvenes.

El tratamiento sensacionalista del suicidio contraviene las recomendaciones de la OMS y el Ministerio de Sanidad, que instan a evitar descripciones del método, imágenes o detalles del lugar, proteger la identidad de las personas afectadas y ofrecer siempre recursos de ayuda, junto con mensajes de prevención y esperanza.

Cumplir estas pautas debe asumirse como una responsabilidad ética y profesional compartida, e implica ejercer el derecho a la información en equilibrio con la protección de la intimidad, la dignidad y la infancia.

Desde el Grupo CEF.- UDIMA rechazamos cualquier práctica informativa que vulnere estos principios y apelamos al compromiso ético de los medios y profesionales de la comunicación para adoptar enfoques respetuosos, basados en la evidencia y que busquen prevenir el suicidio y reducir el daño psicológico. 

Informar con rigor, sensibilidad y humanidad no limita la libertad de prensa: la fortalece. Es, en definitiva, una forma esencial de cuidar, educar y proteger la dignidad y la vida.