Surgió como un programa piloto, pero los primeros resultados del proyecto EduCom ya muestran el desafío docente sigue instalado en las aulas. La mala gestión de los adolescentes del dispositivo móvil y sus hábitos en internet no es algo nuevo, pero no se vislumbra una solución sólida. La dependencia que les genera va en aumento, lo que unido al desconocimiento de sus riesgos hace que también sea un reto de toda la sociedad.
Redacción CEF.- UDIMA
Presentado en las VII JIUTE de CEF.- UDIMA, el programa busca formar docentes en 'educomunicación' para promover un uso seguro y responsable del móvil entre los adolescentes. EduCom surge como una línea de investigación a raíz de la tesis que prepara la profesora Elisa González-Pérez (sobre el impacto del uso inadecuado de la tecnología en los adolescentes) dentro del programa de Doctorado en Educación y Tecnología, quien trasladó los resultados de esta formación piloto (implementada en el curso 2024-2025).
González-Pérez es docente de la Facultad de Psicología y Ciencias de la Salud de la universidad del Grupo CEF.- UDIMA (en el Grado en Psicología y el Máster en Psicopedagogía) y forma parte de la Sociedad Española para el Estudio de la Violencia Filio-Parental.
El programa se pergeñó en colaboración con otras dos compañeras del Grupo Educativo, en su caso de la Facultad de Ciencias de la Educación, Isabel Martínez-Álvarez y Alba García-Barrera, y el profesor Sergio Hidalgo-Fuentes de la Universidad de Valencia.
El punto de partida es ese paradigma de "creciente dependencia" que nos generan las TIC, especialmente con los jóvenes y el móvil. Apenas un 36% de los menores recibe alguna formación en ámbitos como la ciberseguridad en los centros educativos.
Además, prácticamente todos los hogares españoles tienen dispositivo móvil (según datos del INE de 2023), y siete de cada diez niños (con poco más de 10 años) ya utiliza uno con acceso a internet; un porcentaje que se incrementa desde los 10 hasta los 15 años (94,8%).
Eso, unido a la gratificación instantánea que rodea su uso, así como los comportamientos reprobables que propicia su anonimato online, recrudecen la batalla para que aprendan a usarlo de forma saludable. Es decir, a nadie sorprende que la pantalla más usada por los jóvenes sea el smartphone.
Pero, ¿son los docentes conscientes de las secuelas que desarrollan cada vez más adolescentes por ese uso indebido de la tecnología?
Ansiedad, nomophobia (miedo a no poder usar el móvil), bajo rendimiento académico, y otros problemas asociados (como depresión e inseguridad) surgen y afectan a los alumnos, que también se distancian progresivamente de sus propias familias, e incluso llegan a ejercer violencia contra sus progenitores (como recogían las mismas profesoras de CEF.- UDIMA en otra investigación, publicada en El País).
Como explicaba la profesora González-Pérez, este proyecto genera más conocimiento en la línea de su trabajo de investigación para mover a los profesores a intervenir: "Los docentes somos agentes de cambio y necesitamos formar a los adolescentes, en esa etapa tan vulnerable, en el uso adecuado de la tecnología y, más concretamente, del móvil".
Por ello, primero analizaron cómo perciben los docentes el uso del móvil entre los alumnos y qué necesitan para formar a su vez a los adolescentes en un uso seguro y responsable del teléfono y el entorno virtual. Preguntaron a 82 futuros profesores, estudiantes tanto del Máster en Formación del Profesorado, como de la Formación Pedagógica para docentes de FP.
El 97,5% de ellos reconoció que necesita formación específica más allá de sus habilidades y competencias digitales, y un número igualmente mayoritario (94%) se mostró "interesado" en la formación en 'educomunicación' que plantean los investigadores. Además, 9 de cada 10 subrayó que necesita formación para afrontar retos como el acoso y el ciberacoso, la desinformación en el aula y el tiempo digital de los alumnos, así como para apostar por un uso del móvil de forma creativa en clase.
Según recoge el estudio, el uso del teléfono como herramienta en el aula todavía genera una importante división, con una parte muy a favor de aplicarlo con esa creatividad, y otra que "no lo quieren ni en el centro", señalaba González-Pérez.
Por ello el programa busca, no sólo concienciar sobre los riesgos que implica un uso problemático del dispositivo, sino ofrecer recursos para aplicarlo también "como elemento compensador de desigualdades", destaca la doctoranda.
El programa de EduCom se desglosa en cuatro bloques temáticos de formación para los docentes. El primero aborda ese uso problemático de Internet y las tecnologías digitales. El segundo pone el foco en otro de los grandes conflictos, las redes sociales, y el peligro oculto que suponen para los adolescentes. "Muchos docentes desconocían de estos riesgos, mucho menos trasladarlos en sus aulas", asegura González-Pérez.
El tercer bloque se centra en el impacto del móvil en la salud mental, el bienestar y el rendimiento académico del alumnado. Y el cuarto apuesta por esa visión de los smartphones (y la tecnología) como recurso contra las desigualdades, y no sólo como fuente de estas.
La profesora del Grupo Educativo insiste en que los docentes son agentes clave de prevención y formación, y reclaman una "formación urgente" adaptada a esta problemática. Una necesidad real a la que EduCom trata de responder. "Tenemos una responsabilidad social.
Además de cumplir con las competencias que marca el currículo, debemos promover esa prevención en el uso adecuado del móvil. Debemos caminar juntos y es imperativo educar en ciberseguridad y hábitos digitales saludables”.
