Periodistas y expertos abordan la “frustración” actual del periodismo

Tue, 15/10/2019

Asistentes a la Jornada

Rocío González

La XVII Jornada de Periodismo de Coca-Cola ha traído dos sesiones con cuestiones diferentes referentes a la crisis que está sufriendo el periodismo debido a los cambios tecnológicos, entre otros problemas. El tema al que se refiere ‘el cuarto querer y no poder’, juego de palabras sobre el que giró el encuentro, hace referencia a la frustración de querer informar y no poder hacerlo, a una mejor información, al rigor periodístico, a la independencia de los medios y a un acierto responsable de lo que se transmite.

Esta introducción hecha por Pelayo Bezanilla, director de Asuntos Públicos, Comunicación y Sostenibilidad de Coca-Cola, concluye afirmando que “el hombre que no tiene información, no tiene opinión”.

Que los medios han cambiado ha sido el paradigma importante de esta primera sesión donde Francesc de Carreras, catedrático de Derecho Constitucional, ha afirmado que “hace treinta años ya se hablaba de crisis de periodismo”. Debido al bombardeo de información que recibimos, es imprescindible que haya un 'timeline' para ordenarla y, como ha dicho Rafa Latorre, periodista de El Mundo, “sin jerarquías no hay periodismo”.

Se ha hecho hincapié en la importancia del lector, dado que su atención actualmente es feroz, aunque hay un punto positivo y es que las barreras de distribución son enormes gracias a las redes sociales, lo que hace que una noticia tenga una cobertura mayor.

A pesar de la atención ante la supuesta crisis del periodismo, Carlos E. Cué, periodista de El País, ha comentado que “no hay crisis de lectores, sino una crisis de modelo de negocio donde es necesario cambiar la estrategia de financiación.

Además, ha remarcado algo importante planteando que “si el periodismo hubiera perdido el gran poder de influencia, ¿por qué los políticos invierten tanto tiempo y recursos en controlar la información?”. Lo que está claro es que la influencia de los lectores está cambiando.

La política ha sido un punto muy comentado en esta primera sesión, remarcando la estrategia de los diferentes líderes políticos de no utilizar un medio de intermediario para la transmisión de información, sino transmitirla ellos directamente a través de redes sociales, como es el caso de Donald Trump. El presidente de los Estados Unidos huye de los medios y utiliza Twitter como vía de comunicación directa con la sociedad para que no haya ningún intermediario y así no se pueda interpretar o contextualizar la información que desea transmitir.

La información puede poner freno a alguien o a un movimiento con información veraz, contrastada y no adulterada, por esto, es significativo remarcar cómo los políticos construyen el periodismo como enemigo y buscan sus propios caminos para controlar el mensaje, y “el ser rivales en la política es lo que peor que se puede hacer”, afirma Carlos E. Cué.

“Hay periódicos más o menos sectarios, pero todos lo son”, comenta De Carreras, quien agrega que esto no es ni bueno ni malo, simplemente es normal que un periódico tenga unos principios y unos valores propios donde tenga colaboradores de todo tipo.

“De vez en cuando, los periodistas deben escribir contra los lectores para tener independencia”, afirma Rafa Latorre, para no convertir el periodismo en prisionero de buscar el aplauso o las críticas de los socios o miembros de un medio de comunicación. No obstante, advierte que el objetivo de los periódicos de querer influir en los lectores y alejarse de las críticas o decepciones hace que en ocasiones se olviden de publicar los hechos tal y como son sin imponer los juicios y opiniones personales.

La segunda ronda abordó la desafección y juventud donde el cambio social ha hecho que se cuestione el desarrollo de la juventud en la inserción laboral puesto que las modificaciones de los contratos o la economía están influyendo en la forma de actuación social.

A pesar de que la televisión sigue siendo el medio más influyente, es bastante sorprendente cómo las redes sociales le están pisando los talones y cómo la radio y la prensa escrita caen. Con todo, la prensa digital tiene una audiencia escasa, puesto que no es objeto de interés. Lo que proponen es “hacer una información que acerque y aproxime a la gente y el uso de un lenguaje nuevo en la radio de las cosas que se cuentan”, afirma Daniel Anido, director de informativos de la Cadena SER.