RSC, cuando comprometerse es clave para el desarrollo de una empresa: a examen en la UDIMA

Mon, 03/07/2023

Cuando una empresa ya tiene su puesto en el mercado asegurado, tiene clientes, tiene reputación y tiene un futuro que desarrollar, llega el momento de invertir en otras cosas. Y es ahí donde entra la responsabilidad social corporativa (RSC), que es un concepto que se refiere al compromiso voluntario de las empresas para integrar preocupaciones sociales y ambientales en sus operaciones y en las interacciones con sus partes interesadas. Se trata de una inversión que va más allá de maximizar los beneficios que consigue, y que tiene como objetivo contribuir al desarrollo sostenible y al bienestar de la sociedad en general.

Por Ana Lacasa

Sobre esta cuestión, la Universidad a Distancia de Madrid, UDIMA, acoge entre el 13 y el 16 de septiembre la 20ª Conferencia Internacional de Responsabilidad Social Corporativa y la 11ª Conferencia de Gobernanza Organizativa.

En la actualidad, la RSC está muy de moda entre las empresas, y abarca una variedad de áreas temáticas, que incluyen la protección del medio ambiente, el respeto a los derechos humanos, el apoyo a la comunidad local, la promoción de prácticas laborales justas, la transparencia en la comunicación y el cumplimiento de las leyes y regulaciones. Las empresas que adoptan la RSC reconocen que tienen un impacto en la sociedad y asumen la responsabilidad de gestionar ese impacto de manera ética y responsable.

Las empresas que implementan las prácticas de RSC pueden tener varios beneficios, uno de los cuales es el fortalecimiento de su imagen corporativa. La RSC puede ayudar a mejorar la reputación de una empresa, ya que demuestra su compromiso con los valores éticos y sociales. Esto puede generar confianza entre los consumidores, inversores y otras partes interesadas, lo que puede traducirse en una mayor lealtad de los clientes y una ventaja competitiva en el mercado.

Además, la responsabilidad social corporativa puede ser una herramienta eficaz para atraer y retener talento. Los empleados valoran cada vez más trabajar para empresas que demuestran un compromiso genuino con la responsabilidad social. Las políticas y prácticas de RSC pueden mejorar el clima laboral, fomentar la satisfacción y el compromiso de los empleados, lo que a su vez puede aumentar la productividad y la retención del talento.

La RSC también puede ayudar a mitigar riesgos empresariales y mejorar la gestión empresarial en general. Al adoptar prácticas de RSC, las empresas pueden anticiparse y abordar problemas potenciales relacionados con el medio ambiente, los derechos humanos o la ética antes de que se conviertan en crisis. Esto puede evitar daños reputacionales significativos y problemas legales, lo que a su vez puede proteger la rentabilidad a largo plazo de la empresa.

Sin embargo, es importante destacar que la implementación de la RSC debe ser genuina y coherente con los valores y objetivos de la empresa. Sus acciones deben ir más allá del mero ejercicio de relaciones públicas y deben ser sostenibles y creíbles. La falta de transparencia o la adopción de prácticas de RSC superficiales pueden tener el efecto contrario y dañar la imagen de una empresa.

Por tanto, se trata de una “win-win situation”, ya que no sólo gana la empresa que hace la inversión, aunque no se trata de beneficios económicos, sino también la sociedad o el medio ambiente en general. Y, además, se establecen mayores principios que al fin y al cabo, son lo más importante de una sociedad.