Cierra el WhatsApp y enciende el criterio

Mon, 23/03/2020

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Ha llegado el miedo y ese es, sin lugar a duda, el mejor abono para sembrar mentiras y que florezcan sin demasiado esfuerzo.  No es nada nuevo que los bulos y las mentiras abundan en torno a las cuestiones sanitarias. Pocas cosas nos producen tanto temor como el que lleva aparejada la pérdida de la salud, o incluso de la vida, de nuestros amigos, familiares o la propia.

Por la doctora Yolanda Berdasco

Aparejado a este miedo, el mundo de la salud requiere un conocimiento experto del que carecen, no solo la mayor parte de los ciudadanos, sino también de los periodistas, -con honrosas excepciones-, lo que hace que, en demasiadas ocasiones, el periodismo se convierta en transmisor de bulos y desinformación, perdiendo así su función más necesaria en estos momentos tan complejos.

Durante años, algunos colectivos como los antivacunas se han aprovechado del desconocimiento y del miedo para transmitir mensajes de nulo rigor científico y han conseguido crear problemas como volver a poner en circulación enfermedades ya erradicadas. Es uno de los mejores ejemplos de cómo utilizar la desinformación en el ámbito de la salud y de cuáles pueden ser sus efectos más plausibles.

La responsabilidad es ahora, más que nunca, compartida entre unos y otros. Los periodistas hemos de ser especialmente rigurosos y honestos con la opinión pública y no hacernos eco de aquello de lo que no estemos completamente seguros, convencidos y no hayamos comprobado convenientemente, a poder ser con varias fuentes y todas ellas, fiables.

Los ciudadanos de a pie han de ser también responsables para no difundir todo lo que les llega. En un momento en el que todos estamos hiperconectados y recibimos infinidad de información sin posibilidad de ser contrastada, debemos ser cautos y agudizar nuestro sentido crítico para no convertirnos en altavoces de la falsedad.

Por eso es importante, ahora más que nunca, no compartir nada de lo que no estemos completamente seguros, igual que se contagia el virus se transmiten también las mentiras y solo si nos protegemos a nosotros mismos y nos inmunizamos contra el bombardeo de noticias falsas que recibimos a diario, seremos capaces de proteger también a nuestros contactos y evitar más problemas de los que ya tenemos.

Cierra el WhatsApp y enciende el criterio. Es el momento de que todos colaboremos en positivo y ese mensaje que eliminas sin reenviar también es una ayuda importante para el resto.